La muestra permanecerá abierta en el Archivo General de Navarra hasta el 16 de noviembre
“Restauración de Monumentos. Institución Príncipe de Viana 1940-1955” es el título de la exposición que organiza el Gobierno de Navarra, a través del Departamento de Cultura y Turismo, y que permanecerá abierta al público desde el 12 de junio hasta el 16 de noviembre en el Archivo Real y General de Navarra.
Esta tarde, a las 20 horas, tendrá lugar la inauguración oficial de la exposición con una mesa redonda, en la que intervendrán José Javier Uranga, Concepción García Gainza y María Ángeles Mezquíriz.
En la exposición, comisariaza por Rosario Lazcano, se recogen imágenes de los quince primeros años de la Institución Príncipe de Viana en su labor más conocida, que es la de restauración de monumentos. El diseño pertenece a Ana García. El presupuesto de la muestra es de 58.000 euros.
La exposición recoge las fotografías de 24 monumentos navarros que fueron restaurados entre 1940 y 1955 para evitar su desaparición. Algunos de ellos, como el Monasterio de Leyre, el de La Oliva, Iranzu o Irache, son monasterios, edificios complejos y muy visitados, en los que el Gobierno de Navarra sigue invirtiendo cantidades importantes de dinero anualmente.
La intención de esta exposición es doble: por un lado, difundir el fondo fotográfico de la Institución Príncipe de Viana, y, por otro lado, rendir un homenaje a todos los que participaron en el nacimiento y crecimiento de la Institución Príncipe de Viana, cuya actividad tuvo su reconocimiento en la concesión del Premio Nacional de Restauración por dos veces.
La Institución Príncipe de Viana es la heredera de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra, creada, como el resto de Comisiones de Monumentos, en 1844 bajo el reinado de Isabel II imitando las Comisiones Francesas. Supuso una actualización de sus objetivos y un nuevo impulso.
Una figura clave en estos orígenes fue Tomás Domínguez y Arévalo, Conde de Rodezno, quien en 1940 ostentaba el cargo de vicepresidente de la Diputación Foral, y que impulsó una Institución que, en sus propias palabras, nacía para “honra de nuestro pasado glorioso, conservación de los monumentos que lo conmemoran, cultivo de nuestras Bellas Artes y convivencia con todo el tesoro espiritual que un pueblo como el nuestro ha de conservar y exaltar...”.
En el periodo que abarca esta exposición fueron presidentes de la Institución Tomás Domínguez de Arévalo (1940-1948), José María Arellano Igea (1949-1952) y Félix Huarte Goñi (1952-1964). Determinante fue también el papel de los secretarios, José María Lacarra y de Miguel entre 1940 y 1944, y José Esteban Uranga Galdiano entre 1944 y 1973. Éste fue el último secretario y el primer director, además de comisario provincial de Excavaciones Arqueológicas y delegado de Bellas Artes.
La Institución Príncipe de Viana obtuvo en 1946 de la Medalla de Honor de la Real Academia de San Fernando por su labor en pro de las Bellas Artes.
Las competencias para la defensa, conservación y restauración del patrimonio fueron cedidas por el Gobierno de la Nación en 1940. Fue entonces cuando la Institución Príncipe de Viana puso en marcha el Servicio de Patrimonio Artístico y Restauración, dirigido por José Yárnoz Larrosa hasta 1966.
La Institución estaba formada por académicos de número, correspondientes y honorarios, de las Reales Academias de la Historia y de la Real Academia de Bellas Artes.
La Institución es heredera de la Comisión de Monumentos también en el uso de la fotografía como instrumento de trabajo, clave para el cumplimiento de sus objetivos. Gracias a esta técnica se documenta de manera sistemática el estado previo, las diferentes fases de la intervención, así como del resultado final de cada una de las actuaciones llevadas a cabo.
